Curso de Formación para Profesores Yoga Iyengar 2012
Es una propuesta de trabajo colectivo entre los participantes de ambos grupos y el equipo de profesores.
Esperamos que sea recibido con entusiasmo y que vaya creciendo encuentro tras encuentro con la colaboración de todos.
¿Por qué cantamos Om?
Om es uno de los sonidos simbólicos más cantados en India. Tiene un
efecto profundo sobre el cuerpo y la mente de aquél que lo canta y también en
su entorno. La mayoría de los mantras y cantos védicos comienzan con Om. Todas las acciones auspiciosas
comienzan con un Om. Incluso se usa como saludo- Om, Hari Om, etc. Es repetido como mantra o se utiliza para
meditar sobre él. Su forma gráfica es adorada, contemplada y usada como un
signo auspicioso.
Om es el nombre universal del Señor.
Está compuesto por las letras A, U y M. El sonido emergente de las cuerdas
vocales comienza en la base de la garganta como A. Al acercarse los labios
entre sí, se forma la U y cuando los labios se cierran, todo el sonido concluye
en M. Las tres letras simbolizan los tres estados (despierto, sueño y sueño
profundo), las tres deidades (Brahma, Vishnu y Shiva), los tres Vedas (Rig,
Yajur y Sama), los tres mundos (Bhuh, Bhuvah, Suvah), etc. El Señor es todo
esto y más. El Señor sin forma ni atributos (Brahman) es representado por el
silencio entre dos emisiones de Om. Om
también es llamado pranava, que
significa “aquél (símbolo o sonido) por el cual el Señor es alabado”.
Se dice que el Señor comenzó a
crear el mundo después de haber cantado Om
y atha. Así, se considera que su
sonido crea un comienzo auspicioso para cualquier tarea que se quiera llevar a
cabo.
El canto de Om debería tener el sonido resonante de una campana. Llena la mente
de paz, la focaliza y permea de un sonido sutil. Se medita sobre su significado
y se logra la realización.
Así Om simboliza todo, esto es, el significado y la meta de la vida, el
mundo y la Verdad detrás de él, lo material y lo sagrado, todas las formas y
Aquello que no tiene Forma.
Del libro, “Why do we….?”, de Swami
Vimalananda y Radhika Krishnakumar